Cárceles de Madrid

LUGARES DE LA MEMORIA
Antonio Ortiz Mateos
  
Introducción

Hace ya algún tiempo que los historiadores franceses pusieron de moda el concepto de lugar de la memoria. Con él se aludía al espacio donde se concentra, refugia y expresa la memoria colectiva. Esto es, recuerdos de un pasado vivido por una colectividad social.[1]

Los lugares de memoria pueden ser de ser de carácter muy diverso: un monumento, un personaje importante, un museo, un archivo, un nombre de una calle, un paisaje, etc., caracterizándose, en todo caso, por una fuerte carga de simbolismo o de emoción. Un objeto deviene en “lugar de memoria” cuando escapa del olvido, por ejemplo con la colocación de una placa conmemorativa, y cuando una colectividad le reviste con su afecto y sus emociones.

La existencia de estos lugares de la memoria tiene su partida cuando un grupo emprende la materialización de la memoria colectiva. En nuestro país, tal objetivo, cuando se trata de conmemorar la lucha en defensa de la legalidad y de la libertad o la represión, suele ser objeto de enconadas disputas, políticas y sociales: memorias en conflicto.

Nuestro espacio imaginario y simbólico está impregnado de huellas del pasado guardadas en la memoria y “corregidas” por la historia cuando no es ésta la que los impone. Mirando hacia los países democráticos que nos rodean observamos con cuanto respeto conservan la memoria de los lugares donde los demócratas combatieron y perdieron la vida en la lucha contra el fascismo y el nazismo.

Sin embargo, en Madrid, muchos de los testigos y elementos que podían servirnos como parte de esa memoria, han desaparecido o se encuentran en gran peligro de no actuarse con inmediatez (“Defensa de Madrid”, tapias de cementerios, cárcel de Carabanchel, etc.), perdiéndose una gran parte de la memoria de este período.

Como señalaba Reyes Mate en un artículo publicado en el diario El País, el 12 de abril de 2004: “En Francia, Italia o Alemania hay “lugares de la memoria” en los que se conserva el pasado, se le comunica a las nuevas generaciones y se reflexiona sobre su actualidad. [...] Y en Berlín, en la misma calle que otrora fuera la sede de la Gestapo y de las SS, la Wilhelmstrasse, el viandante puede con sólo echar un vistazo hacer presente la topografía del terror gracias a una elocuente exposición abierta al público y a la calle.”

Referido al tema que nos ocupa, la represión en la posguerra, y más particularmente la cárceles madrileñas, no existe en nuestra ciudad ningún “lugar de la memoria”, con tal sentido histórico, pedagógico y de investigación.[2] Paulatinamente, van desapareciendo del paisaje madrileño las cárceles, las pruebas visibles de la represión.[3] Los lugares de la memoria de la represión son de momento no-lugares, es decir, espacios sin señales externas que sólo subsisten en la memoria de sus protagonistas y allegados.

Memoria, oral o escrita, a la que me he visto obligado a recurrir, ante la ausencia de datos en los archivos públicos consultados, en busca de información sobre la localización de los centros de internamiento en el Madrid de la posguerra: Archivo Histórico Nacional, Archivo General de la Administración, Centro Victoria Kent, en Yeserías e Instituciones Penitenciarias.

MADRID, ITINERARIO DE LA REPRESIÓN

Nada más ocupar Madrid, el 28 de marzo de 1939, la Policía Militar del Ejército del Centro, a las órdenes del teniente coronel de Caballería Francisco Tonel, asumió la tarea de mantener el Orden Público en la capital, contando con los servicios del Cuerpo de Investigación y Vigilancia y de Seguridad y Asalto, además de la colaboración de la llamada “quinta columna” la cual venía manteniendo contacto con el Servicio de Investigación Militar desde hacía dos años. Según declaraciones del Jefe del Servicio Nacional de Seguridad, coronel Ungría, al diario ABC: “Es evidente la utilidad que para nuestros servicios de seguridad ha representado el encontrar en orden de perfecto funcionamiento los antiguos organismos de la Policía “roja” y, lo que es más interesante, sus archivos, en que, tras una breve labor de clasificación, resultarán de manera clarísima las conductas de cuantos han sido actores en el terrible drama español”.[4]

Sobre esta base, desde el primer momento, se pondrá en marcha una tupida red de carácter represivo, con núcleos, como tendremos ocasión de ver, en todos los distritos, dirigida a laminar mediante el terror cualquier posibilidad de resistencia de la población frente al “nuevo” régimen, dejando clara la división entre vencedores y vencidos.

“Bastaba que cualquiera, una vecina, un compañero de trabajo, una viuda o un familiar de algún muerto por los rojos se presentase en una comisaría, un cuartelillo de la Guardia Civil o un centro de Falange, denunciando sin demasiadas precisiones las ideas o los hechos de cualquiera, para que la persona fuese detenida, maltratada y enviada a pudrirse a la cárcel”.[5]

Madrid se convierte en una inmensa cárcel. Los puestos de control, las Juntas de clasificación/depuración, los comedores de Auxilio Social, las comisarías, los cuarteles de la Guardia Civil, los centros de Falange, los tribunales, los cementerios forman parte de un mismo sistema, cedazos de distinta malla, pero cedazos al fin y al cabo.

1. Puestos de control.

El 1 de abril de 1939 se establecieron 8 puestos de control para la entrada y salida de viajeros, siendo puesto a disposición de la autoridad militar quien lo hiciera por otro punto: Puesto de control número 1: Puerta de Hierro; Puesto de control número 2: Puente del Rey; Puesto de control número 3: Puente de Toledo; Puesto de control número 4: Puente de la Princesa; Puesto de control número 5: Puente de Vallecas; Puesto de control número 6: Ventas; Puesto de control número 7: Chamartín; Puesto de control número 8: Fuencarral.[6]

2. Comedores de Auxilio Social y Juntas de Clasificación.

2.1. Comedores de Auxilio Social. Dada la situación de desabastecimiento que sufría la capital, Auxilio Social asumirá como principal tarea el reparto de la comida, estableciendo para ello una serie de lugares a los que se verán obligados a acudir los vencidos, haciéndose así “visibles”. El 1 de abril, Auxilio Social repartía 860.000 raciones en frío y 200.000 en caliente.

- Para quienes contaran con cartillas de abastecimiento en: Distrito de Hospicio, en Fuencarral, 93; Distrito de Chamberí, en Fuencarral, 103; Distrito de Congreso, en Prado, 14; Distrito de Hospital, en Fe, 1; Distrito de Incluso, en Toledo, 61; Distrito de Palacio, en Preciados, 67; Distrito de Buenavista, en Plaza de Salamanca, 6; Distrito de Centro, en San Martín, 1; y Distrito de Universidad, en Gaztambide, 27.

- Para los evacuados sin cartilla en: Los manchegos y murcianos, en la Plaza de San Martín, 1; los gallegos, en la calle Fuencarral, 93; los aragoneses, en la calle Fuencarral, 103; los navarros y riojanos, en la Plaza de Salamanca, 3; los asturianos y montañeses, en la Carrera de San Jerónimo, 33; los andaluces, en la calle Mesón de Paredes, 80; los catalanes y valencianos, en la calle Toledo, 61; los extremeños, en la Plaza de la Cebada, 3; los castellanos, en la calle Preciados, 37; los vascongados, en la calle Gaztambide, 13; y los extranjeros, en la calle Puente de Vallecas, 36.

2.2. Juntas de Clasificación/depuración.

a) Territoriales: una en cada uno de los distritos o Juntas en se dividía administrativamente la ciudad y pueblos limítrofes. Distrito número 1 (Centro): Plaza Mayor, 3; Distrito número 2 (Hospicio): Augusto Figueroa, 45; Distrito número 3 (Chamberí): Plaza de Chamberí, 5; Distrito número 4 (Buenavista): Olózaga, 1.; Distrito número 5 (Congreso): Plaza de las Cortes, 5; Distrito número 6 (Hospital): Zurita, 46; Distrito número 7 (Inclusa): Plaza de Antonio Zozaya; Distrito número 8 (Latina): Carrera de San Francisco, 8; Distrito número 9 (Palacio): Tutor, 27; Distrito número 10 (Universidad): Alberto Aguilera, 20; Distrito de Cuatro Caminos: Jaén, 6; Distrito de Vallecas: Joaquín Salvaochea, 3.

b) Gremiales/profesionales: Dibujantes profesionales y fijadores de carteles, en calle Jorge Juan, 2;  los delegados e inspectores de trabajo, en el edificio del antiguo ministerio de Trabajo, sede del ministerio de Organización y Acción Sindical; los funcionarios del ministerio de Educación Nacional, debían presentar una instancia en el Registro General, solicitando su reingreso; los trabajadores de los periódicos La Libertad y El Socialista, en la jefatura de Prensa -plaza del Callao, 4-; Servicio de Depuración del Cuerpo de Investigación y Vigilancia (C/ de Fernández de la Hoz, 43); autores dramáticos, líricos, cinematográficos, de ejecución y de variedades, en la plaza de Cánovas, 4;  Juzgado depurador de funcionarios de Justicia (C/ San Bernardo, 17); Juzgado depurador del personal de tranvías (C/ Argensola, 8); loteros (C/ de Montalbán, 8); etc.

3. Campos de Concentración.

Según orden del Estado Mayor “todos los que prestaban servicio en primera línea deberán presentarse con toda urgencia en los campos de concentración”[7] abiertos en Madrid para su clasificación. El día 1 de abril habían sido ya recogidos por las fuerzas de ocupación 20.000 milicianos. En su libro Los Campos de Concentración franquistas. Entre la historia y la memoria, el historiador Javier Rodrigo[8] señala los siguientes: Antiguo campo de fútbol del Rayo Vallecano,[9] Carabanchel,[10] Cuartel de la Montaña, Cuartel Guzmán el Bueno, El Pardo, Estadio Metropolitano,[11] Pinar de Chamartín de la Rosa, Plaza de Toros de las Ventas y Depósito de Prisioneros Grupo Escolar Miguel de Unamuno.[12] A excepción de este último (abierto en 1939 se cerró en 1942), los demás campos de concentración duraron pocos meses, cerrándose a lo largo de 1939.

4.- Comisarías de distrito, cuarteles de la Guardia y Civil, locales de FE y de las JONS y otros centros de detención y tortura.

4.1.- Comisarías de distrito: Comisaría de Buenavista, en la calle Hermosilla, 24; Comisaría de Centro, en la calle Pontejos, 1; Comisaría de Chamartín de la Rosa, en la calle Bravo Murillo, 357; Comisaría de Chamberí, en el Paseo de la Castellana, 19; Comisaría de Congreso, en la calle Montalbán, 5; Comisaría de Cuatro Caminos, en la calle Juan de Olías, 15; Comisaría de Guindalera-Prosperidad, en la calle Cartagena, 152;[13] Comisaría de Hospicio, en la calle San Mateo, 25; Comisaría de Hospital, en la calle Santa Isabel, 7; Comisaría de Latina e Inclusa (fusionadas), en la plaza del Cordón, 2;[14] Comisaría de Palacio-Universidad, en la calle San Bernardo, 62; Comisaría de Vallecas, en la Avenida de la República, 21;[15]

4.2 Cuarteles de la Guardia Civil: Cuartel de la GC de Hortaleza, en la calle de las Heras;[16] Cuartel de la GC de Carabanchel, en el Paseo de Extremadura; Cuartel de la GC de Tetuán, en la calle Lino; Cuartel de la GC de Peñagrande, en la calle Joaquín Palacios;[17] Cuartel de la GC de Valdeconejos, en la calle San Gerardo, 2;[18]  Cuartel de la GC de Vallecas, en la calle Picos de Europa;[19] Cuartel de la GC en Villa de Vallecas, en la antigua Carretera de Valencia;[20] Cuartel de la GC de Villaverde, en la calle Sargento Barriga;[21]

4.3. Delegaciones de distrito de Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S.: Distrito número 1 (Centro): Flora, 1; Distrito número 2 (Hospicio): San Lorenzo, 15; Distrito número 3 (Chamberí): Eloy Gonzalo, 24; Distrito número 4 (Buenavista): Velázquez, 73; Distrito número 5 (Congreso): Fernanflor, 2; Distrito número 6 (Hospital): Valencia, 5; Distrito número 7 (Inclusa): Duque de Alba, 4; Distrito número 8 (Latina): Tabernillas 2; Distrito número 9 (Palacio): Arenal, 21; Distrito número 10 (Universidad): Glorieta de San Bernardo, 7.

4.3. Otros centros de detención y tortura. De acuerdo con los testimonios recogidos, citar: Dirección General de Seguridad, en la calle Serrano;[22] Dirección General de Seguridad-Gobernación, en la Puerta del Sol, actual sede del gobierno de la Comunidad de Madrid;[23] Jefatura de Policía, en la calle Jorge Juan, 5;[24] Comisaría de la calle Almagro, 39;[25] Comisaría de Fomento, 9;[26] Policía Militar del Centro, en la calle Núñez de Balboa 31;[27] Cuartelillo de la Plaza del Progreso;[28] Secadero de Pieles de Fuencarral, en la calle Manuel Villarta, 11;[29] Sección de Guerrilleros de la Policía Militar, en la Carrera de San Jerónimo;[30] Servicios de Información de Falange, en la Puerta del Sol, 2;[31] Servicio de Policía Militar, en la calle Núñez de Balboa, 66, etc.

5.- Cárceles:

Dada la ausencia de estudios específicos sobre las cárceles madrileñas, a excepción del realizado por Fernando Hernández para la de Ventas, resulta arriesgado avanzar una cifra sobre el número de personas que pasaron, a lo largo de su historia, por las diferentes cárceles madrileñas.[32] Tampoco sobre su vida interna o fallecidos. Sin embargo, en algo sí coinciden sus protagonistas al recordar su paso por estos centros: el hacinamiento existente, la proliferación de enfermedades, la falta de atención, el hambre, los malos tratos, las “sacas”, las charlas religiosas y misas, los himnos, etc.[33]

  • Mujeres: Ventas, Quiñónes, Claudio Coello, Prisión Maternal en Instituto-Escuela, Prisión Maternal de San Isidro y Prisión Central de Madres Lactantes de Ventas.
  • Hombres: Porlier, Torrijos, Atocha, Barco, San Antón, Cisne, Santa Engracia, Santa Rita, San Lorenzo, Príncipe de Asturias, Comendadoras, Conde de Toreno, Duque de Sexto, Yeserías y Provincial de Carabanchel.
6.- Tribunales y juzgados:

Los Juzgados puestos en marcha en Madrid durante la posguerra fueron numerosos y de muy distinto tipo, la mayoría de carácter militar. Sin ánimo de ser exhaustivo, señalar tan sólo aquellos cuyo recuerdo perdura con más nitidez en la memoria de quienes fueron puestos ante ellos por defender la República, la libertad o la justicia social: el Palacio de Justicia de las Salesas, en la Plaza de la Villa de París[34] y el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo,[35] dirigido por Enrique Eymar Fernández[36]

7.- Cementerios:

Final del recorrido para muchas de las víctimas de la represión. Vale lo dicho sobre las cárceles, disponiéndose en la actualidad, tan sólo de un estudio sobre los fusilados en el Cementerio del Este y parciales, extraídos de publicaciones como ABC o Mundo Obrero, sobre el cementerio Sur de Carabanchel. Señalamos en la relación los cementerios existentes en la capital, así como en los municipios anexionados a Madrid en los años 40-50:

Cementerio del Este o de la Almudena,[37] entre las avenidas de Daroca y de las Trece Rosas y la carretera M-23; Cementerio Civil, en la Avenida de Daroca, 50; Cementerio de Aravaca, en el Camino de la Zarzuela, s/n;  Cementerio de Barajas, en la Carretera del Cementerio Nuevo, s/n; Cementerio de Canillas, en la calle Silvano, s/n; Cementerio de Canillejas, en la calle Valderrobres, s/n; Cementerio Sur de Carabanchel;[38] Cementerio de Carabanchel Alto, en la calle Aguacate, s/n; Cementerio de El Pardo, en la Carretera de Mingorrubio, s/n; Cementerio de Fuencarral, en la Avenida de Montecarmelo, s/n; Cementerio de Vallecas, en la calle Pico de la Cierva, s/n;[39] Cementerio de Villaverde, en el Camino de Carabanchel a Villaverde, s/n; Cementerio Santa María la Antigua, en la calle San Cipriano, s/n
MADRID: LUGARES DE LA MEMORIA

Las prisiones localizadas ascienden a un total de 21 para el periodo considerado, 1939-1945. Cinco de ellas eran de mujeres y 16 de hombres.

Como ya señalábamos al inicio, las cárceles madrileñas de la posguerra son auténticos lugares de la no-memoria o del olvido, consciente por parte de los poderes públicos. Al hilo de la investigación, un hecho me ha llamado poderosamente la atención, la ausencia de información sobre la localización de estos centros en los organismos públicos y privados consultados, así como en las publicaciones sobre esta materia, habiendo tenido que recurrir a la memoria de las personas que vivieron entre sus muros o a sus allegados.[40]

De las 21 cárceles consideradas, tan sólo la de Yeserías conserva una función penitenciaria: el Centro de Inserción Social “Victoria Kent”. El resto, se devolvieron a sus dueños, recuperando su anterior función -educativa/religiosa-, o se vendieron a promotores privados, ocupando su antiguo emplazamiento edificaciones de carácter residencial, caso de la prisión de Ventas, Conde de Toreno o la de Carabanchel, una vez puestos de acuerdo el Ayuntamiento de Madrid y el Ministerio del Interior sobre el futuro urbanístico de los terrenos ocupados por las instalaciones penitenciarias.

En la actualidad, se mantienen todavía en pie las edificaciones correspondientes a las prisiones de: Atocha, Barco, Carabanchel, Cisne, Claudio Coello, Comendadoras, Porlier, Príncipe de Asturias, Quiñones, San Antón, San Lorenzo, Santa Engracia, Santa Rita, Torrijos, Yeserías e Instituto Escuela. La de San Antón se encuentra sometida en la actualidad a un profundo proceso de reformas, estando prevista la sustitución de la cárcel de Carabanchel por un “recordatorio”, aún no definido. De las prisiones de Ventas, Conde de Toreno, Duque de Sexto y San Isidro no queda ningún rastro. Tan solo en la voluntad de los antiguos presos por conservar el recuerdo de lo ocurrido dentro de sus muros.

1.- Prisión Central de Madres Lactantes de Ventas

Instalada en 1945 en un pequeño rincón del ala sudoeste de la cárcel de Ventas en la calle Marqués de Mondéjar, 16-22. En 1960 fue trasladada al otro extremo, junto al hospital de Mujeres, hasta la clausura de conjunto penitenciario en 1969.[41]

2.- Prisión de Atocha

Instalada en el Colegio Salesianos de Atocha, Ronda de Atocha, 27. En la actualidad: Colegio Salesianos de Atocha.[42]

Según Miguel Núñez, coincidió en esta cárcel, entre otros, con Julián Besteiro, José Robledano, Diego San José, Ángel Vírgala Sara y Estúlez. “Sufríamos uns condiciones horribles, que no son fáciles de describir: hacinamiento (cuarenta centímetros por persona, la extensión de dos ladrillos, como espacio para tumbarte y dormir), absoluta falta de higiene, un rancho infecto una vez al día, y no siempre.. Nos comían vivos, pese a nuestros intentos por limpiar y limpiarnos, los piojos y las chinches. Proliferaba la sarna, que intentábamos erradicar frotándonos todo el cuerpo cuando podíamos con zotal, único producto que, a veces, se nos concedía. Se comprende que, en aquellas condiciones, se produjeran algunos suicidios y que hubiese personas que se abandonaban hasta morir”. [43]

3.- Prisión de Barco

Situada en la calle del Barco, 24, en el edificio que habían ocupado los estudios de Discos Columbia. Junto a las de Ventas y Duque se Sexto son las únicas cárceles que aparecen citadas por el diario ABC a lo largo de 1939.[44] En la actualidad, residencial, con locales cerrados en planta baja.

Según Luis Garrido, en ella estuvo preso su padre, Julián. Un amigo de éste les contaría: “Vivíamos amontonados en muy poco espacio. Todos los días llegaban más detenidos con los que había que compartir los baldosines que pisábamos y la comida, pero lo que de verdad compartíamos era el hambre”.[45]

4.- Prisión de Cisne

Situada en la calle o paseo del Cisne, 2 -actualmente Paseo de Eduardo Dato-, en Chamberí, ocupaba el Colegio de las Damas Negras. Durante la guerra fue hospital y cárcel del SIM. En la actualidad: Colegio Blanca de Castilla y edificios residenciales, en una parte de la primitiva parcela.[46]

Entre otros, pasaron por esta cárcel Joan Català Balanyà[47] y Julián Besteiro, según se recoge en la web de la UGT: “Al entrar las tropas franquistas en Madrid, Julián Besteiro permaneció en su puesto en los sótanos del Ministerio de Hacienda, siendo allí detenido y obligado por los falangistas a hacer el saludo "brazo en alto". Besteiro se lo negó respondiéndoles que "a su edad le costaría mucho aprenderlo". Fue trasladado, en un precario estado de salud, a la prisión de Porlier y, posteriormente, a la de El Cisne. El 8 de julio, un Tribunal Militar le condenó a 30 años de reclusión mayor, siendo trasladado desde la cárcel de Dueñas, hasta la prisión de Carmona.”[48]

5.- Prisión de Claudio Coello

Prisión de mujeres, habilitada en el convento de Santo Domingo, en la calle de Claudio Coello, 112. En la actualidad: convento de Santo Domingo el Real y varias tiendas.

Entre las reclusas que pasaron por este centro se encuentran Carmen Caamaño,[49] Adela Gamella Cirilo[50] y Antonia García <Toñi>: “En Claudio Coello estuve también unos meses. Estábamos igual que en Ventas, quizá un poquito mejor, no estaban los váteres tan atascados y comunicábamos más a menudo”.[51]

6.- Prisión de Comendadoras

Llamada así por ocupar el Convento de las Comendadoras de Santiago, en la Plaza de las Comendadoras. En la actualidad, está siendo rehabilitado con fondos de la Comunidad de Madrid.

Según Ernesto Méndez Luengo: “Trasladado al convento-prisión de las Comendadoras de Santiago, vetusto caserón madrileño del siglo XVII con hechuras de penal de Inquisición, es allí Ernesto uno entre los más de tres mil presos que se aglomeran en las estrechas galerías de sus dos plantas”[52].

Además de Ernesto Méndez, ocuparon sus celdas, entre otros: Felipe[53] y Víctor Sánchez Sierra,[54] el compositor Eduardo Rincón,[55] José Hierro,[56] etc.

7.- Prisión de Conde de Toreno

Estaba situada en la Plaza del Conde de Toreno, 2. En la actualidad, edificio de viviendas. En ella estaban recluidos los que habían pertenecido al S.I.M., al S.I.E.P., Servicio de Investigación Periférico, a unidades guerrilleras o a la policía.[57]

Sería en esta cárcel en la que el dramaturgo Antonio Buero Vallejo pintó la célebre cabeza del poeta Miguel Hernández, la cual acabaría dando la vuelta al mundo.[58] Otros presos, fueron: José Cazorla, Melquisedez Rodríguez Chaos,[59] etc.

8.- Prisión de Duque de Sexto

Habilitada en el convento que los RR.PP. Franciscanos tenían en la calle del Duque de Sexto, 5-7.[60] En octubre de 1939, la iglesia fue abierta de nuevo al culto.[61] En 1958 se cambió el nombre de la calle por el de Duque de Sesto.[62] Actualmente, Parroquia de San Antonio del Retiro y dependencias parroquiales, en el número 9 de la citada calle.
                         
9.- Prisión de Porlier

Oficialmente Prisión Provincial de Hombres número 1. Estaba situada en la calle General Díaz Porlier, 58, en la manzana que forman la citada calle, y las de Padilla, Torrijos (hoy Conde de Peñalver) y Lista (hoy José Ortega y Gasset), ocupando las instalaciones del colegio Calasancio. Incautado al comienzo de la Guerra Civil, fue utilizado como albergue para niños abandonados y, a partir de agosto de 1936, como cárcel. En 1944, el edificio fue devuelto a los escolapios, cumpliendo hasta la fecha funciones educativas: Colegio Calasancio (C/ Conde de Peñalver, 51) y Colegio Universitario Cardenal Cisneros (C/ General Díaz Porlier, 58).[63]

Según señala Marcos Ana en sus memorias: “El edificio de la prisión constaba de seis galerías, tras a cada lado y una especie de entresuelo que llamábamos <la provisional>”.[64] En mayo de 1939, cuando Marcos Ana ingresó en Porlier, se hacinaban en aquel lugar más de 5.000 presos, entre otros: Manuel Asarta Imaz,[65] Julián Besteiro,[66] Eugenio Mesón Gómez,[67] Cipriano Mera,[68] etc. En 1941, tras ser condenado a muerte en consejo de guerra, pasó a la tercera galería, “destinada a los condenado a muerte; éramos más de mil en ese momento”.[69]

No sólo se fusilaba en los cementerios, también en la propia cárcel, a “garrote vil”: “Yo bajé varias veces para barrer y recoger las “notas de capilla” y subía descompuesto: en un rincón, tapado con una lona, mirábamos con espanto el instrumento del garrote, un siniestro “sillón” de madera y hierro en el que el verdugo, después de sujetar con un grillete la garganta de la víctima, giraba un enorme tornillo hasta romper el cuello del condenado”.[70]

 
 

10.- Prisión de Príncipe o Príncipe de Asturias

Habilitada en el antiguo reformatorio Príncipe de Asturias, situado en la Finca de Vista Alegre, Carabanchel. En la actualidad ocupa estas instalaciones el IES Puerta Bonita.

Entre otros presos, ocupó sus celdas Víctor Sánchez Sierra, concejal comunista del Ayuntamiento de Madrid durante la guerra.[71]

11.- Prisión de Quiñones

Antigua cárcel de mujeres de Madrid, cerrada por el gobierno de la República tras la construcción de la cárcel-modelo de Ventas. Fue reabierta por el franquismo como clínica psiquiátrica penitenciaria para mujeres. Se hallaba situada en la calle de Quiñones, 2, en el antiguo convento de Montserrat. Actualmente Priorato de Santo Domingo de Silos.

Según testimonio de María Vales, recogido por Tomasa Cuevas: “Cuando me llevaban a Yeserías, me extrañó las vueltas que daba el coche y dije: “Por aquí no se va a Yeserías”. Me dijeron: “Es que te queremos dar un paseo por Madrid”. “Tanta amabilidad me confunde”, contesté. Cuando llegué a la puerta del penal psiquiátrico de Quiñones, leí: “Clínica Psiquiátrica”, y entonces hice una escena. Como era una calle estrecha con balcones, toda la vecindad se asomaba cuando oían los coches, y cuando me agarraron entre dos, yo gritaba: “¡Lo que faltaba del fascismo, que me trajeran aquí!”.[72]

Según señala Fernando Hernández, volvieron los grilletes, procedentes del museo penitenciario, ya que años antes habían sido desterrados por la República. Otra internada en esta cárcel fue Antonia García, de la JSU.[73]

12.- Prisión de San Antón

Se encontraba habilitada en el antiguo colegio de San Antón, en la manzana existente entre las calles Hortaleza, Santa Brígida y Farmacia. Devuelto el edificio a los escolapios, mantuvo su función como colegio hasta 1989. En 1995, un incendio acabó con todo lo que quedaba de las viejas escuelas, excepto la fachada. En la actualidad, el Ayuntamiento tiene prevista la reforma-rehabilitación del edificio para sede del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid y diversos equipamientos públicos.[74]

Entre otros, pasó por esta cárcel: Luis Quesada Betebón,[75] etc.

13.- Prisión de San Lorenzo

Ocupaba un antiguo colegio religioso existente en la calle de San Lorenzo. Actual Residencia Universitaria Patrocinio de San José, adscrita a la Congregación Siervas de San José, en la calle de San Lorenzo, 20.[76]

14.- Prisión de Santa Engracia

Ocupaba las instalaciones del colegio Divina Pastora, situado en la calle de Santa Engracia, Chamberí. Al cerrarse la cárcel, el centro recuperó la función educativa. Aunque en algunos textos figura como dirección la calle Santa Engracia, 134, actualmente se corresponde con el 142.[77]

15.- Prisión de Santa Rita

Estaba situada en la C/ Eugenia de Montijo, 53, Carabanchel, en el antiguo Reformatorio de Santa Rita. En 1941 se transformó en Prisión Central de Trabajadores, “... y fue lugar de ejecución de muchos fusilamientos de sentenciados por pertenecer a partidos o sindicatos republicanos. Los detenidos eran obligados a realizar trabajos forzados como la construcción del barrio de Comillas o de la nueva Prisión Provincial”.[78]

Entre otros presos, estuvieron en ella: Eduardo de Guzmán,[79] Braulio Farelo,[80] etc.

 
 

16.- Prisión de Torrijos

Antiguo convento de monjas habilitado como cárcel franquista. Estaba situada en la C/ de Torrijos, hoy C/ del Conde de Peñalver, 53, en el distrito de Salamanca. En la actualidad, el edificio es utilizado, como residencia de mayores, por la Fundación Dª Fausta Elorz. En su fachada hay una lápida recordando que en este lugar Miguel Hernández escribió La nana de la cebolla.[81]

Junto a Miguel Hernández, pasaron por esta cárcel: Ignacio María Barriola,[82] Germán Gardiazábal Blázquez,[83] etc.

17.- Prisión de Ventas

Inaugurada en 1933 como encarnación del discurso penalista republicano, fue considerada en su época como cárcel-modelo de mujeres. Se encontraba situada en la C/ Marqués de Mondéjar, 16-18. En 1941 se elevó a la categoría de prisión central, dependiendo de ella las de San Isidro y Claudio Coello. A lo largo del verano de 1969 se procedió a su desalojo: en aquellas fechas sólo quedaban el Hospital Penitenciario de mujeres y el Centro Penitenciario de Maternología y Puericultura. Posteriormente el Estado se desprendió de la propiedad a favor de una sociedad bancaria, por trescientos millones de pesetas, la cual levantaría sobre el solar un complejo residencial.[84]

Según testimonio recogido por Tomasa Cuevas: “Ventas era un edificio nuevo e incluso alegre. Ladrillos rojos, paredes encaladas. Seis galerías de veinticinco celdas individuales, ventanas grandes (con rejas, desde luego), y en cada galería un amplio departamento con lavabos, duchas y váteres. Talleres, escuela, almacenes (en los sótanos), dos enfermerías y gran salón de actos transformado inmediatamente en capilla. En cada celda hubo según dicen, una cama, un pequeño armario, una mesa y una silla. En el 39 había once o doce mujeres en cada celda, absolutamente desnuda, los colchones o los jergones de cada una y nada más. Todo vestigio de la primitiva dedicación de las salas había desaparecido: se había transformado en un gigantesco almacén, un almacén de mujeres”.[85]

Entre otras, ocuparon como presas la cárcel de Ventas: Tomasa Cuevas, Juana Doña, Julia Manzanal, Matilde Landa,[86] las Trece Rosas, etc.

 

18.- Prisión de Yeserías

Se encontraba en el barrio de Delicias, entre las C/s de Juan de Vera, del Plomo y Batalla de Belchite.[87] Actualmente: Centro de Inserción Social “Victoria Kent”.

Desfile de presos antifranquistas ante las autoridades de la cárcel de Yeserías,
a mediados de los años 40.http://todoslosrostros.blogspot.com

Según Eduardo de Guzmán: “El 31 de diciembre de 1939 funcionan en Madrid las siguientes prisiones: Yeserías, Porlier, Conde de Toreno, Santa Engracia, Torrijos, Duque de Sesto, Ronda de Atocha, Barco, Cisne, Ventas, San Antón, San Lorenzo, Santa Rita, Comendadoras, Claudio Coello y Príncipe de Asturias. Todas se hallaban tan abarrotadas que los presos amenazan reventar sus recintos, teniendo muchas veces que dormir amontonados en un espacio de 35 centímetros de ancho por metro y medio de largo. En Yeserías, donde me encuentro pasan de seis mil los reclusos; en Ventas hay más de diez mil mujeres y varios millares más en cada una de las restantes prisiones”.[88]

Además de Eduardo de Guzmán, estuvieron entre otros en esta cárcel: Antonio Molina Vázquez,[89] Clemente Sánchez,[90] y Miguel Núñez, quien a su vez cita a Domingo Girón, Ángel Diéguez, Larrañaga, Eugenio Mesón, Diego San José, Dicenta y Antonio de Ben. [91]

19.- Prisión Maternal de San Isidro

Destinada a mujeres embarazadas o con niños lactantes, bajo el férreo control de María Topete,[92] fue inaugurada el 17 de septiembre de 1940. Estaba situada en el número 5 de la Carrera de San Isidro, en las proximidades del Puente de Segovia, junto al Manzanares. En la actualidad, edificio residencial a la entrada del Paseo de la Ermita del Santo.

Según testimonio de Petra Cuevas: “Aquella prisión junto al Manzanares daba la sensación de que era un chalet. Y lo gordo de eso es que las familias no te querían sacar de allí aunque lo pidieses por favor, porque consideraban que era una cárcel estupenda; claro, el locutorio era pequeño, se comunicaba bastante bien; luego, todos los días, la Topete ponía en el portal una lista de los buenos alimentos que nos daban, por ejemplo: un vasito de leche a media mañana, una comida especial sobre todo a las recién paridas. [...] Ni te daban leche ni Cristo que lo fundó”.[93]
Se clausuró el 3de septiembre de 1945, siendo trasladadas las madres a un departamento de la prisión de Ventas, al que se denomina Prisión Central de Madres Lactantes.
20.- Prisión Maternal en Instituto-Escuela

Estaba situada en los Altos del Hipódromo, en el edificio que fue del Instituto Escuela de Madrid, que estaba vacío. Actualmente está ocupado por el IES Ramiro de Maeztu (C/ Serrano, 127). Fueron a parar allí parte de las mujeres encarceladas en Ventas que tenían niños.

Según testimonio de una comadrona, recogido por Tomasa Cuevas: “Ventas era como una masa de humanos. Al ser comadrona, trabajaba en la enfermería; como es lógico parían y abortaban mujeres, los niños eran una gran cantidad, porque al tener al padre preso y detener a la madre los traían con ella. Entre Sarampión, tos ferina, viruela, tifus, los niños empezaron a morirse y Carmen Castro, ante el hacinamiento de tantísimas mujeres, pidió que se abriera un sitio, para llevar a las madres con los niños”.[94]

21.- Prisión Provincial de Carabanchel
Dado el estado en que se encontraba la antigua Modelo (y el hacinamiento de los presos políticos en Porlier) el Estado decidió la construcción de una nueva cárcel, para lo cual compró unos terrenos en Carabanchel. El 20 de abril de 1940 comenzaban las obras, interviniendo en ellas unos 1.000 penados, procedentes en su mayoría de la cárcel de Santa Rita.[95] Fue inaugurada el 22 de junio de 1944 por Eduardo Aunós, ministro de Justicia, con capacidad para 2.000 internos. La cárcel tenía cuatro galerías y no siete (la tercera, la quinta, la sexta y la séptima). Poco tiempo después empezaron a llegar los primeros presos, procedentes de las cárceles de Porlier, Torrijos y Santa Rita.[96] Tenía su entrada por la Avenida de los Poblados.

Según señala el historiador Carlos Fernández: “De los tres patios que Carabanchel tenía habilitados, el de la izquierda era donde salían los aislados en el período de entrada, de unos diez días, pudiendo hacerlo sólo una o dos horas al día. Las celdas eran compartidas tanto por presos políticos como comunes, entre estos abundaban desde atracadores, falsificadores, carteristas, homosexuales hasta los llamados vagos de quincena siendo el número de esos presos unos 1.200 en el verano del 45. El patio central era el más grande y donde mayor tiempo permanecían, ya que estaban desde la mañana después del recuento y de la diana, hasta cuando se retiraban por la noche. El tercer patio era el de los comunes, se dividía a su vez en dos galerías de planta baja donde se albergaron los talleres-reformatorios, una vez la cárcel se terminó de construir. [...] En las dos galerías de la planta baja no había agua y sólo contaban con cuatro retretes, pudiendo suponer las pésimas condiciones de habitabilidad e higiénicas que contaban los presos”.[97]

Entre otros, estuvieron en esta cárcel, poco antes de ser fusilados en Campamento y enterrados en el cementerio Sur de Carabanchel, más de cuarenta guerrilleros: Cristino García, Manuel Castro, José Vitini, Pedro Sanz “Paco el Catalán”, Ángel Blázquez, etc.[98]

Dejó de utilizarse en 1999, permaneciendo desde aquella fecha abandonada. El 16 de junio de 2008 el Ministerio del Interior y el Ayuntamiento de Madrid firmaron un acuerdo por el cual en la superficie de la cárcel se construirán 650 pisos, un hospital, zonas verdes y oficinas del Estado. El 30% de los pisos serán de protección pública, y del restante el 90% de la venta se la embolsará e Estado y el 10% restante el consistorio. Asociaciones vecinales, organizaciones de defensa de la memoria histórica de la lucha antifranquista y personas de diversos ámbitos sociales y culturales formaron una plataforma para la creación de un Centro para la Paz y la Memoria en la antigua Cárcel de Carabachel. A pesar de las protestas el 23 de octubre de 2008 finalmente se inició el derribo de todo el complejo.


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FUENTES DOCUMENTALES


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RUIZ SÁNCHEZ, Timoteo, Madrid, junio de 2008




[1] Según Pierre Nora : “Un lieu de mémoire dans tous les sens du mot va de l'objet le plus matériel et concret, éventuellement géographiquement situé, à l'objet le plus abstrait et intellectuellement construit.” NORA, Pierre : Les lieux de mémoire . Tres tomos. Francia, Gallimard, 1997
[2] En los muros de la que fuera prisión de Torrijos, hay una placa dedicada a Miguel Hernández, sin ninguna referencia a la existencia de una cárcel. En la de Carabanchel, el 22 de mayo de 2008, las AA.VV. de Carabanchel y Latina colocaron una placa de homenaje a las personas que fueron víctimas de la represión por defender la libertad y la justicia social. En el antiguo cementerio del Este, hay tres placas recordando el lugar donde fueron fusiladas las “Trece Rosas”, y una nueva, colocada el 15 de junio de 2008, por la Fundación Domingo Malagón y el Foro por la Memoria en homenaje a los antifranquistas fusilados en sus tapias. También existe otra placa, en el cementerio Sur de Carabanchel, en homenaje a los guerrilleros enterrados en aquel lugar, colocada por la Fundación Domingo Malagón y el Grupo Municipal de Izquierda Unida en septiembre de 2002.
[3] La última, cuya desaparición se anuncia, es la de Carabanchel, en virtud del acuerdo al que han llegado el Ayuntamiento de Madrid y el Ministerio del Interior en junio de 2008, para el desarrollo del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid.
[4] “Declaraciones del coronel Ungría, Jefe del Servicio Nacional de Seguridad”. ABC, 5 de abril de 1939, p. 23.
[5] CUEVAS GUTIÉRREZ, Tomasa: Testimonios de mujeres en las cárceles franquistas. Huesca, Instituto de Estudios Altoaragoneses, 2004, p. 274
[6] “Los puestos de control”. ABC, 2 de abril de 1939, p. 11
[7] “Presentación en los campos de concentración”. ABC, 2 de abril de 1939, p. 11
[8] RODRIGO, Javier: Los campos de concentración franquistas. Entre la historia y la memoria. Madrid, Siete Mares, S.L., 2003, pp. 217-218
[9] Situado en la Avenida de la Albufera. Construido en 1939, se cerró tres meses más tarde. Según testimonio recogido por la Asociación Vallecas Todo Cultura: "Allí se morían como chinches, a la intemperie, con frío, lluvia, pues los pobrecicos, algunos, venían heridos y no los curaban. Había mucha gente cuya familia era de aquí y les llevaban algo pero, qué les iban a llevar, si los de fuera tampoco tenían nada". El 8 de octubre de 1939, organizado por la Federación Castellana de Fútbol, se inauguraba con un partido de fútbol Madrid-Athletic. PÉREZ, Gabriel y PÉREZ, Alfredo: “La II República y la Guerra Civil en Vallecas. (De la euforia a la represión/depresión).” En www.vallecastodocultura.org.
[10] Situado en el Alto de Extremadura. Abierto en 1939, sería cerrado aquel mismo año. Según testimonio de Modesto Sánchez Casas, recogido por Javier Rodrigo: “Llegué a las cinco de la tarde al campo de Carabanchel, en el Alto de Extremadura. Vi las alambradas y la masa humana. El recinto estaba vigilado por soldados, aunque dentro se movían militares marroquíes. El centinela me dijo que ya no se recibía más gente. Angustiado por el terror callejero adopté una solución extrema: tomé carrerilla y cuando el centinela giraba, me lancé por la puerta entre las alambradas. Me pegué como una lapa en aquella masa humana”. RODRIGO, Javier: Los campos..., 2003, pp. 101-102
[11] Según se recoge en el Libro blanco sobre las cárceles franquistas: “... en el campo de los Almendros o en el estadio Metropolitano de Madrid, donde estaban reagrupados los detenidos republicanos, aparecían comisiones de ciudades, pueblos y barrios que iban a escoger sus presos, a seleccionar a los que se iban a llevar para acabar con ellos en el escenario en que habían desarrollados sus actividades políticas (ellos o sus padres o sus abuelos), o por el camino si éste era largo y en la camioneta había poco sitio o no se podían aguantar las ganas hasta llegar allí”. SUÁREZ, Ángel y EQUPO 36: Libro blanco sobre las cárceles franquistas 1939-1976. Francia, Ruedo Ibérico, 1976, p. 4
[12] Situado entre las calles Alicante, Batalla del Salado y Batalla de Belchite, es obra de Antonio Flórez Urdapilleta y Bernardo Giner de los Ríos, en el marco del plan de construcción de grupos escolares llevados a cabo por la República. Fue utilizado como centro de clasificación de presos y para la creación de BDSTP (Batallones Disciplinarios de Soldados Trabajadores), llevando a cabo, entre otros trabajos, la construcción del Poblado de Comillas, Carabanchel. En la actualidad: Colegio Público Miguel de Unamuno.
[13] Situada en un hotelito. Según testimonio de Angelita a Tomasa Cuevas: “Allí me encuentro con Cloti; la tienen incomunicada, y también están detenidas Julia Vallejo, Pepita Valentín y Carmen Blázquez. [...] Estuvimos unos días, no me acuerdo cuántos, y nos pasaron a la Dirección General de Seguridad, que entonces estaba en la calle Serrano”. CUEVAS, Tomasa: Testimonios... , 2004, p. 441
[14] A ella fue conducido Melquisedez Rodríguez Chaos tras ser detenido en Madrid. “Al llegar a la comisaría de la calle del Cordón nos hicieron una pequeña ficha y nos bajaron inmediatamente a un calabozo en el que, hasta que uno se acostumbraba a la oscuridad, no era posible ver más que unos bultos que se movían y que parecían monstruos”. RODRÍGUEZ CHAOS, Melquisedez: 24 años de cárcel. París, Colección Ebro, 1968, p. 33.
[15] Según señalan Fernando Jáuregui y Pedro Vega: “Cuando Simón Sánchez Montero entró aquel día de septiembre en la DGS, se sorprendió de que no le registrasen en el libro de ingresos. Le dejaron en un calabozo hasta que llegó la noche. A las dos de la madrugada volvieron a buscarle, le metieron en un coche y enfilaron por San Jerónimo hacia el Paseo del Prado. Estaba preocupado. [...] Al fin comprobó que lo trasladaban a la comisaría de Vallecas. 'Allí tuve mi primera sesión de tortura. Estuvieron golpeándome como salvajes durante cinco horas. Entre ellos, el propio Conesa'”. JÁUREGUI, Fernando y VEGA, Pedro: Crónica del antifranquismo. Barcelona, Editorial Planeta, 2007, p. 54
[16] En la actualidad es residencia de guardias civiles retirados.
[17] Testimonio de Adolfo Ferrero, vecino de la zona. Madrid, marzo, 2008.
[18] Actual polideportivo Antonio Machado. Testimonio de Enrique García, vecino de la zona. Madrid, marzo de 2008.
[19] Instalado, al finalizar la Guerra Civil, en el antiguo cuartel de la Legión, conocido como Molinuevo, Puente de Vallecas.
[20] Actual calle Real de Arganda, esquina con calle de la Gavia Seca. Testimonio de Carmen Cortés, vecina de la zona. Madrid, 2008
[21] Según denominación asignada en 1954. Nombre del comandante del puesto de Villaverde, asesinado en los años 60. APARISI, Luis Miguel: Toponimia Madrileña. Proceso evolutivo. Madrid, Gerencia Municipal de Urbanismo-Ayuntamiento de Madrid, 1997. Testimonio de Mª Prado de la Mata, Presidenta de la Asociación de Vecinos de San Cristóbal de los Ángeles, Madrid, febrero de 2008.
[22] En un primer momento, la DGS se encontraba en la C/ Serrano, trasladándose a la sede del antiguo Ministerio de la Gobernación, en la Puerta del Sol, el 7 de octubre de 1939. Según testimonio de Angelita: “Estuvimos unos días [en la comisaría de la calle Cartagena], no me acuerdo cuántos, y nos pasaron a la Dirección General de Seguridad, que entonces estaba en la calle Serrano. Aquello parecía un hormiguero, estaba abarrotado de detenidos. De lo que más me acuerdo de Serrano era de las consignas que se leían en los retretes, que me impresionaban mucho. Por ejemplo, por las paredes había frases: ‘Al proletario se le domina, pero jamás se le vence’; ‘Vale más morir de pie que vivir de rodillas’, y se leía, por ejemplo, ‘por aquí pasó fulano, por aquí pasó mengano’. Se notaba un espíritu muy fuerte en la gente que pasaba por Serrano”. CUEVAS, Tomasa: Testimonios...,  2004, p. 441
[23] Marcos Ana recuerda en sus memorias su paso por la DGS, experiencia que se repite en miles de madrileños y madrileñas, convirtiendo este edificio en uno de los “lugares de la memoria” dotados de mayor simbolismo de la ciudad: “Los interrogatorios eran diarios y cada día subía más la intensidad de los tormentos y la rabia de los torturadores. Un día, después del interrogatorio, sin casi poder andar, me devolvieron a mi calabozo y me dejaron caer sobre una manta. Estaba solo, nos aislaban, uno a uno, para facilitar nuestro desmoronamiento”. ANA, Marcos: Decidme cómo es un árbol. Barcelona, Umbriel-Tabla Rasa, 2007, p. 119
[24] Según testimonio de Carmen Machado a Tomasa Cuevas: “Cuando llegamos esa noche a la Jefatura de Policía, a Jorge Juan, 5, nos fueron sacando una a una a declarar ante el tribunal número ocho, allí constituido, el que llevaba todos los asuntos de masonería y comunismo. Nos extrañaba horrores todo lo que nos preguntaban; ninguna de nosotras sabíamos de qué iba, porque hasta ignorábamos que aquellos días se había detenido en Madrid a una cantidad enorme de muchachos y algunas muchachas, todos ellos de las JSU, a los que se acusaba de que trataban de asesinar al caudillo el día del desfile, cuando en realidad lo único que había era que empezaban a establecerse contactos a nivel personal, para agruparse y ver de reconstituir las JSU”. CUEVAS, Tomasa: Testimonios...,  2004, p. 128
[25] Uno de los centros de torturas más siniestros de Madrid. Algunos testimonios le sitúan en el número 39 de la citada calle. Según María Valés: “Yo no me acababa de creer lo que hacían en Gobernación, mira que me lo decían y no me lo creía. Una prima mía que vivía al lado de la comisaría de Almagro decía: “Allí no se puede vivir de las palizas que dan y los gritos que se oyen”. Y lo de Porlier y lo de Santa Rita, todo eso yo lo conocía porque iba a todas esas cárceles”. (CUEVAS, Tomasa: Testimonios..., 2004, p. 299). Otra mujer que estuvo fue Manolita del Arco (HERNÁNDEZ HOLGADO, Fernando: “Manolita del Arco Palacio (1920-2006). Reseña biográfica, bibliografía y testimonios seleccionados”. Hispania Nova, nº 6, 2006). Marcos Ana, sometido a torturas durante 43 días en aquel lugar, le recuerda con claridad a pesar del tiempo transcurrido: “Era un edificio espacioso, con diversas plantas y un sótano donde estaban situadas las cámaras de interrogatorio y tortura”. Por allí pasaron también, según Marcos Ana: el doctor Recatero, Eduardo de Guzmán y Navarro Ballesteros. ANA, Marcos: Decidme...,  2007, pp. 66-67
[26] Situada en un antiguo palacio. Según testimonio de Petra Cuevas: “De Gobernación me trajeron a la comisaría de Fomento. [...] Eso era un infierno. Estábamos en habitaciones muy pequeñas con ventanas a un patio interior. A todo el que pegaban, a todo el que interrogaban, oías los gritos, oías lo que les hacían. No era lo que te hacían a ti, es que oías lo que les hacían a los demás y era enloquecedor”. CUEVAS, Tomasa: Testimonios...,  2004, p. 362
[27] Tras la ocupación de Madrid, instaló en este edificio su despacho el responsable de los servicios de Orden Público, Francisco Tonel, jefe de la Policía Militar del Centro. (“Normas sobre las relaciones y tramitaciones de asuntos entre los organismos ministeriales y las autoridades militares de Madrid”. ABC, 8 de abril de 1939, p. 23). Aparece citada en varios textos, como es el caso del testimonio de Antonia García, recogido por Tomasa Cuevas: “El día que me detuvieron fueron a buscarme a mi casa y me llevaron a la calle Núñez Balboa. Me metieron en un calabozo que estaba muy oscuro, no se veía nada, pero al ratito oí que gemían y ya me di cuenta de que allí había alguien”. Otras mujeres que pasaron por este lugar fueron: Adelaida Abarca, Angelita García, la mujer del comandante Del Rey, etc. (CUEVAS, Tomasa: Testimonios...,  2004, p. 324 y 519)
[28] En él estuvo detenido, entre otros, Ernesto Méndez Luengo: “... y cuando las fascistas "ya han pasado" y en el Madrid ya sin guerra empieza a amanecer la venganza, es Ernesto detenido por falangistas del Cuerpo de Investigación y Vigilancia, e inicia desde el cuartelillo ("checa blanca") de la Plaza del Progreso su periplo de reclusión...”. CABAÑAS, José: “Un héroe bañezano en la defensa de Madrid”. En http://www.jiminiegos36.com/heroe_banezano_defensa_madrid.htm, enero de 2006
[29] Testimonio de Mariano Lapuente, vecino de la zona. Madrid, marzo de 2008.
[30] Según señala Carlos Fernández, a este lugar fueron llevados Emiliano Martínez, Concepción Carretero, Joaquín Peña y Sinesio Cavada, de la JSU madrileña, tras su detención el 29 de julio de 1939. FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, Carlos: Madrid Clandestino. La reestructuración del PCE, 1939-1945. Madrid, Fundación Domingo Malagón, 2002.
[31] Sus principales tareas eran la atención de mantenimiento del régimen y la lucha contra el comunismo. Ídem, 2002, pp. 43
[32] El periodista Eduardo de Guzmán, interno en varias de ellas, señala que, a finales de 1939, había en Ventas más de 10.000 reclusas y en Yeserías, donde se encontraba, más de 6.000. GUZMÁN, Eduardo de: “Después del 1 de Abril de 1939: Un millón de presos políticos y doscientos mil muertos en España”. En Tiempo de Historia, nº 41, abril de 1978
[33] En su libro sobre la prisión de Ventas, Fernando Hernández ofrece las cifras de 78 reclusas fusiladas y 80 fallecidas por enfermedad, entre abril de 1939 y diciembre de 1945 (HERNÁNDEZ, Fernando: Mujeres..., 2003, p. 337). Si esta relación se diera en el resto de las cárceles madrileñas, lo que no deja de ser una hipótesis, habida cuenta que sólo en las tapias del cementerio del este fueron fusiladas, entre abril de 1939 y febrero de 1944, un total de 2.633 personas, el número de fallecidas en las cárceles ascendería a 2.700. Nuevos datos, surgidos al hilo de la presente investigación, introducen algunos interrogantes. A mediados de abril de 1939, el diario ABC incluye en sus páginas una sección con los nombres de las personas detenidas “acusadas de asesinatos y robos”, como el de José Cuenca Pestaña “comisario rojo, que se jactaba de haber firmado más de 850 personas” (ABC, 18 de abril de 1939). En total varios cientos de personas. Haciendo un muestreo con 25 de ellas, ninguna figura entre las fusiladas en el cementerio del este ni entre las fallecidas en Ventas. ¿Qué fue de ellas? Marcos Ana nos ofrece alguna pista, al recordarnos las muertes habidas en los centros de detención y tortura (Almagro, Dirección General de Seguridad) y las ejecuciones a “garrote vil” en cárceles como la de Porlier. ANA, Marcos: Decidme..., 2007.
[34] Situado en la Plaza de la Villa de París, en el antiguo Monasterio Real de la Visitación de Nuestra Señora, más conocido como de las Salesas Reales, exclaustrado el 28 de octubre de 1870 y dedicado Palacio de Justicia. Contaba con calabozos. Actual sede del Tribunal Supremo. Diego San José nos ha dejado testimonio de cómo era su situación antes de ser juzgado en Consejo de Guerra: “...Darnos a conocer unos a otros y ver a través de las ventanas de las galerías altas y de un sótano sombrío y húmedo el antihigiénico hacinamiento de los cuerpos. Los del piso alto, menos mal porque podían disfrutar del aire y de las caricias del sol, pero los que de aquel antro, ni una cosa ni otra. Aquello era una cloaca, en toda la extensión de la palabra.” SAN JOSÉ, Diego: De cárcel en cárcel. A Coruña, Ediciones do Castro, 1988, p. 39
[35] Creado por la Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo de 1 de marzo de 1940. Primero estuvo en el nº 6 del Paseo del Prado, y más tarde en el nº 5 de la calle del Reloj. MONTOLIÚ, Pedro: Madrid en la posguerra. 1939-1946. Los años de la represión. Madrid, Silex, 2005, p. 135
[36] Junto a los Juzgados militares instalados en cada una de las Tenencias de Alcaldía (Centro, en Plaza Mayor, 3; Chamberí, en plaza de Chamberí, 4; Congreso, en Lope de Rueda, 24; Hospital, en Olmo, 4; , funcionaron juzgados para Jefes y Oficiales (C/ del Cisne, 6), para Suboficiales y clase de tropas (C/ Serrano, 42), Especiales (C/ General Castaños, 1), para Funcionarios (Castellana, 13 y Piamonte, 2), de la Causa general (C/ de la Victoria, 1), de Ferrocarriles (C/ Pacífico, 8), de la Policía Militar (C/ Núñez de Balboa, 66), Tribunal Regional de Responsabilidades políticas (C/ Atocha, 89), etc.
[37] Según diferentes estudios, entre mayo de 1939 y febrero de 1944 fueron fusiladas en sus tapias 2.633 personas. “Relación alfabética de fusilados”. Archivo Histórico del PCE, Represión Franquista, Caja 44, Carpeta 41/2; NÚÑEZ DÍAZ-BALART, Mirta y ROJAS FRIEND, Antonio: Consejo de guerra. Los fusilamientos en el Madrid de la posguerra (1939-1945). Madrid, Compañía Literaria, 1997.
[38] Tras la entrada en funcionamiento de la Prisión Provincial de Carabanchel fue el lugar donde se enterraban a la mayoría de fusilados en Madrid. Sin embargo, los fusilamientos en el cementerio del Este continuaron produciéndose.
[39] Según testimonio recogido por la Asociación Vallecas Todo Cultura: "Vallecas se quedó sin hombres al terminar la guerra. Muchos habían muerto en el frente, otros fueron encarcelados. Yo veía desde mi casa llevar a jóvenes, a veces a chicos de no mucha edad a darles el paseíllo, los fusilaban contra las tapias del cementerio (otro lugar donde también cayeron abatidos por las balas en el barrio fue donde hoy se encuentra la estación de contenedores de Abroñigal)". PÉREZ, Gabriel y PÉREZ, Alfredo: “La II República...” www.vallecastodocultura.org
[40] En mi visita al Archivo del Centro de Inserción Social “Victoria Kent”, en Yeserías, la persona que me atendió, al preguntarla sobre la prisión de Barco, citada por varios autores, me contestó que seguramente se referían a una de Bilbao, ya que allí se habían utilizado barcos como prisiones. Me fui a pedir unos expedientes en el Tribunal de la 1ª Región Militar, no había nadie para atender. Pensé que aquel no era mi día.
[41] YAGÜE OLMOS, Concepción: “La maternidad en prisión durante la dictadura franquista”. En GÁLVEZ BIESCAS, Sergio y HERNÁNDEZ HOLGADO, Fernando (editores): Presas de Franco. Catálogo de la exposición Presas de Franco. Madrid, Fundación de Investigaciones Marxistas y Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga, 2007, pp. 38-39
[42] HERNÁNDEZ, Fernando: Mujeres..., 2003, p. 147; NÚÑEZ, Mirta y ROJAS, Antonio: Consejos..., 1997, p. 29
[43] NÚÑEZ, Migel: La revolución y el deseo. Memorias. Barcelona, Península/Atalaya, 2002, pp. 140-143
[44]En la prisión de la calle del Barco. Los reclusos entregan una imagen de San José al Cuerpo de Prisiones.
            Ayer se celebraron en la prisión provisional establecida en la calle del Barco varios actos con motivo de la entrega y bendición de una imagen de San José, que los reclusos del establecimiento han ofrecido al Cuerpo de Prisiones.
Primeramente, el padre Pérez del Pulgar bendijo la imagen en el patio de la prisión. A continuación se celebró una solemne misa cantada, que dijo el capellán de la prisión, D. Hermenegildo García.
El padre Pérez de Pulgar dirigió la palabra a los reclusos y con palabras llenas de emoción patentizó el sentido cristiano y español que el nuevo Estado quiere llevar a los establecimientos penitenciarios.
A continuación hubo un concierto por una rondalla y los coros de la prisión, y finalmente el inspector central de Prisiones, don Amancio Tomé pronunció un elocuente discurso, haciendo resaltar la justicia y la disciplina que es necesario impere en la nueva España. Después de terminado su discurso se cantaron los himnos del Movimiento, dándose los vivas reglamentarios.
Una vez terminados los actos de la mañana, el padre Pérez del Pulgar, con los directivos del establecimiento y algunos periodistas extranjeros, recorrieron las dependencias de la prisión, saliendo gratamente impresionados del buen funcionamiento de todos los servicios.
Por la tarde se celebró la segunda parte de los actos, colaborando los reclusos. El maestro Rica tocó al piano el Oriamendi. El doctor Alonso dio una conferencia sobre la vacunoterapia; la Masa Coral interpretó algunos números de su repertorio y varios reclusos recitaron cuentos y poesías, siendo todos muy aplaudidos.” ABC, 15 de agosto de 1939.
[45] REDONDO, Luis: Mi padre. La Guerra civil se hereda. Ediciones VOSA, S.L., 2006, pp. 13 y 24
[46] REDONDO LEDO, Victoriano: Vivir en Madrid 1936-1939. Madrid, Grupo Hispano Editores, 2003, p. 132
[47] CALVET, Josep: “El grupo Ponzán y Joan Català de Llavorsí”. En Las redes de evasión durante la 2a Guerra Mundial. http://redesevasion.blogspot.com/2007/08/el-grupo-ponzn-i-joan-catal-de-llavors.html, 7 de agosto de 2007
[48] “Julián Besteiro Fernández”. En www.ugt.es/ugtpordentro/jbesteiro.htm
[49] MONTERO CALDERA, Mercedes: “Vida de Carmen Caamaño Díaz: Una voz del exilio interior”. En Espacio, Tiempo y Forma, nº 12, Madrid, UNED, 1999, pp. 239-265
[50] HERNÁNDEZ, Fernando: Mujeres..., 2003, p.
[51] CUEVAS GUTIÉRREZ, Tomasa: Testimonios...,  2004, p. 329
[52] CABAÑAS, José: “Un héroe bañezano en la defensa de Madrid”. En http://www.jiminiegos36.com, enero de 2006
[53] “Felipe Sánchez Sierra”. En: http://www.memoriaylibertad.org
[54] “Víctor Sánchez Sierra”. En http://www.memoriaylibertad.org
[55] “”Presentado el disco en homenaje a José Hierro con música original del compositor cántabro Eduardo Rincón”. En http://www.loscantabros.com/noticias/27.htm, 27 de febrero de 2004
[56] “Presentado...”. http://www.loscantabros.com/noticias/27.htm, 27 de febrero de 2004
[57] HERNÁNDEZ, Fernando: Mujeres..., 2003, p. 147; NÚÑEZ, Mirta y ROJAS, Antonio: Consejos..., 1997, p. 29
[58] ANA, Marcos: Decidme..., 2007, p. 138
[59] RODRÍGUEZ CHAOS, Melquesídez: 24 años en la cárcel. Bucarest, Colección Ebro, 1976, p. 34
[60] HERNÁNDEZ, Fernando: Mujeres..., 2003, p. 147; NÚÑEZ, Mirta y ROJAS, Antonio: Consejos..., 1997, p. 29
[61] “Los ex cautivos de la prisión roja de Duque de Sexto”. ABC, 17 de octubre de 1939, p. 14
[62] APARISI, Luis Miguel: Toponimia..., 2001
[63] HERNÁNDEZ, Fernando: Mujeres..., 2003, p. 147; NÚÑEZ, Mirta y ROJAS, Antonio: Consejos..., 1997, p. 29
[64] ANA, Marcos: Decidme..., 2007, p. 77
[65] NÚÑEZ, Mirta y ROJAS, Antonio: Consejos..., 1997, p. 66-67.
[66] “Julián Besteiro”. En www.ugt.es/ugtpordentro/jbesteiro.htm
[67] NÚÑEZ, Mirta y ROJAS, Antonio: Consejos..., 1997, pp. 82-83
[68] SUÁREZ, Ángel y EQUPO 36: Libro blanco sobre las cárceles franquistas 1939-1976. Francia, Ruedo Ibérico, 1976, p. 71
[69] ANA, Marcos: Decidme..., 2007, p. 98
[70] Ídem, 2007, p. 100
[71] Testimonio de Eva Bernalte, sobrina-nieta de Víctor Sánchez Sierra. Madrid, junio de 2008
[72] CUEVAS GUTIÉRREZ, Tomasa: Testimonios...,  2004, p. 305
[73] HERNÁNDEZ, Fernando: Mujeres..., 2003, p. 145
[74] HERNÁNDEZ, Fernando: Mujeres..., 2003, p. 147; NÚÑEZ, Mirta y ROJAS, Antonio: Consejos..., 1997, p. 29; “Escuelas Pías de San Antón”, http://es.wikipedia.org
[75] NÚÑEZ, Mirta y ROJAS, Antonio: Consejos..., 1997, p. 87
[76] HERNÁNDEZ, Fernando: Mujeres..., 2003, p. 147; NÚÑEZ, Mirta y ROJAS, Antonio: Consejos..., 1997, p. 30
[77] HERNÁNDEZ, Fernando: Mujeres..., 2003, p. 147; NÚÑEZ, Mirta y ROJAS, Antonio: Consejos..., 1997, p. 29
[78] LÓPEZ DE LA CRUZ, Carlos J.: “La memoria reciente”. En VV.AA.: Recuerdos de Carabanchel. Historia y Cultura. Madrid, Ediciones La Librería-Junta Municipal de Carabanchel, 2003, p. 173
[79] GUZMÁN, Eduardo de: “Después...”, abril de 1978.
[80] Archivo Histórico del PCE, Equipo de pasos, Informes de camaradas, Sigs. 657-658
[81]LA SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES DE ESPAÑA al poeta Miguel Hernández que compuso, en este lugar, las famosas “Nanas de la cebolla” en septiembre de 1939: “La cebolla es escarcha / cerrada y pobre. / Escarcha de tus días / y de mis noches”. Se inauguró esta placa el 15 de octubre de 1985 con motivo del homenaje nacional a Antonio Machado, Federico García Lorca y Miguel Hernández.”
[82]IBARGUTXI, Félix: “El gran secreto de Barriola”. En www.diariovasco.com, 26 de junio de 2007 
[83] “Germán Gardiazábal Blázquez”. En: http://server2.foros.net
[84] HERNÁNDEZ, Fernando: Mujeres..., 2003, pp. 20-21
[85] CUEVAS RODRÍGUEZ, Tomasa: Testimonios..., 2005, p. 275
[86] GINARD i FÉRON, David: Matilde Landa. De la Institución Libre de Enseñanza a las prisiones franquistas. Barcelona, Flor del Viento Ediciones, 2005, pp. 96-114
[87] HERNÁNDEZ, Fernando: Mujeres..., 2003, p. 147; NÚÑEZ, Mirta y ROJAS, Antonio: Consejos..., 1997, p. 29
[88] GUZMÁN, Eduardo de: “Después...”, abril de 1978.
[89] PICHARDO BOLAÑOS, Manuel y PÉREZ LÓPEZ, Juan M.: “Antonio Molina Vázquez”. En: www.todoslosnombres.org
[90] SÁNCHEZ, Clemente: En las cárceles de Franco. Madrid, Oyeron, 2003, pp. 117-124
[91] NÚÑEZ, Miguel: La revolución..., 2002, pp. 143-146
[92] YAGÜE OLMOS, Concepción: “La maternidad...”, 2007, p. 38
[93] CUEVAS GUTIÉRREZ, Tomasa: Testimonios...,  2004, pp. 367-368
[94] CUEVAS GUTIÉRREZ, Tomasa: Testimonios..., 2004, p. 757
[95] MONTOLIÚ, Pedro: Madrid..., 2005, p. 197
[96] “Cárcel de Carabanchel”. En http://es.wikipedia.org
[97] FERNÁNDEZ, Carlos: Madrid..., 2002, pp. 53-54
[98] AHPCE, Equipo de pasos, Informes de camaradas, Sigs. 657-658

2 comentarios:

  1. Un excelente trabajo de investigación, material de zuma importancia enriquecedor de la memoria histórica, que debe ser de conocimiento público por una parte como un homenaje a quienes lucharon contra una dictura y padecieron la represión y por la otra una reflexión que invite a no permitir que se repitan tales episodios.

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  2. el colegio miguel de unamuno tambien fue carcel de madrid distrito latina

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