POEMA
DE VALENTE EN EL MEMORIAL DE ANNECY
Por
Claudio Rodríguez Fer*
En efecto, en la carretera entre
Annecy y Thônes, Valente visitó el cementerio de Morette, donde habían sido
enterrados combatientes de la resistencia contra la ocupación nazi caídos
durante la Segunda
Guerra Mundial, cuyos cadáveres se hallaban antes dispersos
en diferentes cementerios de la región de Glières[1]. Y en
él encontró la lápida con los nombres de diversos resistentes españoles,
abatidos durante los durísimos enfrentamientos con el ejército alemán de 1944,
cuyos nombres y procedencias anotó con emoción.
Miguel Vera, Claudio Rodríguez Fer y, hablando, el General Bachelet
Así nació el poema “Cementerio de
Morette-Glières, 1944” ,
que comienza por evocar el sacrificio de los antifascistas españoles, quienes,
refugiados en Francia tras su derrota en la guerra civil, se sumaron a la Resistencia y a los
aliados para combatir a la invasión alemana en una tierra que ni siquiera era
la suya. No luchaban pues, como podrían hacerlo sus camaradas franceses, por
defender sus propios intereses y afectos directos, sino por la generosa causa
universal de la justicia y de la libertad:
No
reivindicaron
más
privilegio que el de morir
para
que el aire fuese
más
libre en las alturas
y
los hombres más libres.
Ahora yacen,
con
su nombre o anónimos,
al
pie de Glières y ante la roca pura
que
presenció su sacrificio.
Hombres
de
España entre los muertos
de
la Alta Saboya :
ellos
lucharon por su luz visible,
su
solar o sus hijos, mas vosotros
sólo
por la esperanza.
Claudio Rodríguez Fer tras el poema de Valente
La concentración de resistentes que
tuvo lugar en la meseta de Glières en enero de 1944 por convocatoria de los
aliados británicos llegó a constar de cientos de combatientes, algunas decenas
de los cuales eran españoles. Los concentrados resistieron a duras penas las
condiciones climáticas y estratégicas el resto del invierno, pero el 26 de
marzo tuvieron que retirarse tras caer muchos de ellos muertos o prisioneros
(frecuentemente asesinados con posterioridad)[2], como
evoca Valente:
La
nieve aún dura prodigiosamente
viva
en el aire mismo
donde
morir fue un puro
acto
de fe o de supervivencia.¿Quién podría decir que murieron en vano?
Pero el poeta no se contenta con la
evocación abstracta y menciona uno a uno los topónimos y los antropónimos
españoles registrados en Morette, metonimia de los cientos de miles de casos
similares ocasionados por el exilio, haciendo suya y de todos para siempre la
memoria antifascista allí enterrada y olvidada en la propia España:
Al
cielo roto y a la tierra vacía,
a
los pueblos de España,
a
Hervás, a Mula, a todas
las
islas Baleares,
a
Mendavia, Viñuelas,
Ambrán,
La Almunia ,
Terrecampe,
Tembleque,
devuelvo
el nombre de sus hijos:
Félix
Belloso
Colmenar, Patricio
Roda,
Gabriel Reynes o Gaby, Victoriano
Ursúa,
Pablo Hernández,
Avelino
Escudero,
Paulino
Fontava, Florián Andújar,
Manuel
Corps Moraleda.
Otros
duermen tal vez
bajo
una cruz desnuda, lejosde su país, de su memoria, donde
todos los muertos son
un solo cuerpo ardiente:
carne nuestra, palabra,
historia nuestra que no conocimos,
sangre sonora de la libertad.
Además,
gracias a este poema, publicado desde entonces muchas veces y con el tiempo
reproducido en Internet, algunos familiares de estos antifascistas muertos
descubrieron la peripecia y el paradero de algún pariente décadas después de su
desaparición en el exilio francés. Tal fue el caso, por ejemplo, del joven
toledano Avelino Escudero Peinado[3],
natural de La Torre
de Esteban Hambrán, cuya familia se enteró de su muerte y del paradero de su
cadáver a través de este poema muchos años después de que se perdiera su rastro
tras la retirada. Además, aseguró la identificación el hecho de que Valente
aportase en su poema la procedencia geográfica de los milicianos en correlación
con sus nombres, todos correspondientes a ejecutados entre abril y marzo de
1944[4].
El 27 de mayo
de 2014, aniversario de la creación del “Comité National de la Résistance ” por Jean
Moulin, se instaló ante el monumento "Aux Espagnols morts pour la Liberté dans les rangs de
l’Armée Française et dans la
Résistance ” que se encuentra en la Avenue de Genève de Annecy,
una placa con la traducción al francés del poema de Valente, efectuada por su
traductor habitual Jacques Ancet y acompañada por documentación histórica y
fotográfica. En el pedestal del monumento, debido al escultor anarquista
zamorano Baltasar Lobo, exiliado en Francia tras la guerra civil, se puede leer
una frase del Quijote de Cervantes según
la cual por la libertad “se puede y se debe arriesgar la vida”.
La instalación
fue promovida y presentada por la activa Amical de la Resistencia Española
de Annecy, que preside Miguel Vera Platero, uno de los cuatro hijos allí
presentes del histórico comandante Miguel Vera, quien durante la Segunda Guerra Mundial coordinó
las fuerzas resistentes en la zona y participó en la liberación de la ciudad.
Tras Miguel
Vera, intervinimos el citado Jacques Ancet y yo mismo, leyendo el poema de
Valente en francés y en español, respectivamente. A continuación habló el
General Bachelet, quien elogió la ejemplar fraternidad de los que dieron la
vida en tierra ajena por construir juntos la verdadera Europa, sin distinción
de razas, nacionalidades, lenguas o credos, basándose tan solo en los
principios de la igualdad y de la libertad contra la intolerancia genocida del
III Reich alemán y sus aliados.
Se realizó también
una múltiple ofrenda floral de las instituciones y asociaciones allí presentes,
cuyos representantes depositaron las flores en compañía de numerosos escolares
asistentes a la ceremonia. Así mismo, una banda de música realzó la no siempre
contenida emoción del acto interpretando piezas como el himno de la Resistencia y “La Marsellesa ”.
“¿Quién podría decir que murieron en
vano?”, escribió Valente en relación con esta “historia nuestra que no
conocimos”. Gracias a la poesía de Valente y a iniciativas como esta de la Amical de la Resistencia Española
en Annecy no se olvidará esta impresionante lección de historia solidaria allí
y comenzará a conocerse más aquí.
Inauguración de la placa en Annecy 2014
* Poeta gallego y director de la Cátedra José Ángel Valente de
Poesía y Estética de la
Universidad de Santiago de Compostela, así como presidente de
la Asociación
para la Dignificación
de las Victimas del Fascismo en Galicia y presidente de honra de la Asociación Memoria
del Exilio en Brest, que agrupa a descendientes de exiliados españoles en
Bretaña.
[1]
Según el historiador Manuel Tuñón de Lara, los españoles se sumaron al maquis
de inmediato: “Antes de que terminase el año 1940 se constituyeron los primeros
grupos de resistencia específicamente españoles en el departamento de Alta
Saboya” (“Los españoles en la II
guerra mundial y su participación en la resistencia francesa”, en José Luis
Abellán, El exilio español de 1939,
vol. 2, Guerra y política, Madrid,
Taurus Ediciones, 1976, p. 29). Y añade “En la Alta Saboya es donde
había maquis españoles en el sentido específico y original del término, es decir,
destacamentos militares organizados en campamentos permanentes a favor de las
circunstancias geográficas (bosque y montaña o ambas a la vez)” (p. 41). Con
posterioridad se ocuparon monográficamente del tema diversos autores franceses,
cuya bibliografía fue relacionada por Véronique Olivares Salou y Michel Reynaud
en Le roman des Glières. La
résistance des républicains espagnols au plateau des Glières. Les maquis
espagnols en Haute-Savoie, 1941-1944, París, Éditions Tirésias, 2007.
[2]
El mismo historiador citado realiza este balance: “Los resistentes tuvieron 175
muertos y 46 prisioneros, la mayor parte de los cuales fueron asesinados. Ocho
españoles quedaron muertos en el campo de batalla y seis fueron hechos
prisioneros, de los cuales sólo escapó uno con vida, Rubiño, que logró
escaparse en Annecy. Los restantes españoles formaron nuevos grupos que
siguieron combatiendo hasta la liberación de aquella región” (p. 47).
[3]
Avelino Escudero Peinado, a quien por entonces el franquismo ya había fusilado
a un hermano y encarcelado a otro, fue apresado junto a Paulino Fontova Casas,
de La Almunia
(Zaragoza), también mencionado en el poema de Valente, y ambos guerrilleros
fueron asesinados por los milicianos colaboracionistas de Vichy en marzo de
1944, respectivamente el 29 y el 27 de marzo, cuando el primero contaba 25 años
y el segundo 41. (Fontova aparece mencionado en alguna placa conmemorativa
francesa como Fontoba, así como en Le
roman des Glières, donde figura como natural de Tarragona.)
[4]
Félix Belloso Colmenar, de Hervás (Cáceres), fue liquidado a los 37 años el día
29 de marzo; Patricio Roda López, de Mula (Murcia), a los 40 años, el 30 de
marzo; Gabriel Reynes, de Sóller (Mallorca), a los 33, el 6 de abril;
Victoriano Ursúa Salcedo, de Mendavia (Navarra), a los 30 años, el 31 de marzo;
Pablo Hernández (Fernández en las placas y libro citados) González, de La Almunia (Guadalajara), a
los 31 años, el 31 de marzo; Florián Andújar García, supuestamente de una
localidad llamada Terrecampe, el 27 de marzo; Manuel Corps Moraleda, de
Tembleque (Toledo), con 29 años, el 27 de marzo...
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